Me frustra tanto, el no poder encontrar las palabras adecuadas y precisas, para expresarte este mundo de sentimientos que me haces sentir al solo verte a los ojos.

jueves, 16 de junio de 2016

Sin rumbo.

Hace tiempo que lo di todo por una persona y desde entonces no he vuelto a ser la misma. ¿Como vas a serlo si te roban el corazón, lo maltratan, lo rompen, lo pisotean y luego te lo devuelven otra vez? Para eso que se lo queden, por que un corazón roto no sirve de nada. Y encima te dejan con el trabajo de volverlo a recomponer, pero eso a veces es imposible, varias piezas se pierden por el camino y el corazón no vuelve a ser el mismo.
Siempre me he considerado una chica valiente, independiente, segura de si misma, pero de repente un día, aparece alguien que hace que todo mi mundo se desmorone, que tenga miedo hasta de cruzar la calle en rojo, que me haga dudar de si seré lo suficiente buena para el o no y que me haga depender hasta de su respiración.
Deberíamos dejar de depender de la gente y empezar a depender solamente de nosotros mismos, dejar de querer sin limites a quien nos quiere solo para un tiempo y empezar a aprender a ser felices sin tener a nadie agarrando nuestra mano.
Lo di todo por quien era mi día a día, mi razón de ser, mi felicidad constante. Teníamos buenas y malas rachas, pero creerme que las malas rachas a su lado no eran nada como las que tengo que soportar yo ahora sola. Pero un día, la felicidad se evapora, el cariño desaparece y el amor termina (o nunca lo hubo, eso es algo que solo lo sabe él) y te quedas mirándote al espejo pensando '¿Y ahora qué?' Bueno, pues ahora tienes que seguir adelante, sí, sin él, tú sola, como lo habías hecho hasta ahora. Pero no, tu corazón (o lo poco que queda de él) no esta por la labor, Y sigues ciegamente enamorada de él. Y él lo aprovecha para tenerte ahí cuando quiera. Y tú sigues detrás, pero pasa el tiempo y abres los ojos y te das cuenta de las cosas, y piensas que alguien que te quiere no te puede tratar así, pero, ¿Sabes que es lo peor? Que sí hay peor ciego que el que no quiere ver, y es el que abre los ojos y los vuelve a cerrar. Y eso hice yo, y así me fue, cuesta bajo y sin frenos.
Y llegas a un momento de tu vida, que te ha dolido tanto algo (o alguien) que te cierras en banda, pierdes el brillo de los ojos, dejas de sonreír de la misma manera que lo hacías antes y te pierdes. Pierdes completamente el rumbo de tu vida, haces las cosas por que sí, no por que tengas placer por hacerlas. Y te conviertes en alguien que no conoces. Qué triste es no conocer quien eres realmente.
Y cuando te das cuenta, intentas reencontrarte de nuevo, volver a ser lo que fuiste una vez, pero te faltan piezas, te falta ilusión, amor, felicidad y te sobra mucho, pero que mucho dolor. Y sigues perdida esperando a que alguien vuelva a por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario